LOS SANFERMINES QUE HA VIVIDO EL GRAN HOTEL LA PERLA

DESDE 1881 HASTA LA ACTUALIDAD

FIESTAS DE SAN FERMÍN 1930

         Antes de comenzar las fiestas el Alcalde se reunió con una docena de mozos, representantes de peñas y cuadrillas pamplonesas, pidiéndoles un esfuerzo, y su cooperación, para que las fiestas volviesen a ser lo que habían sido siempre y no lo que van siendo desde hace pocos años, una carnavalada inadmisible.
         Les dijo el alcalde que se diviertan cuanto puedan sin faltar a nadie, que canten, bailen, coman y beban cuanto quieran, pero sin hacer uso de disfraces ni uniformes, que ni son bien vistos ni van bien con el modo de ser nuestro.
         Seguidamente el Alcalde emitió un bando prohibiendo cualquier atuendo que no fuese el correcto, con el fin de cortar esa costumbre tan difícil de entender en aquellos años.

         El inicio de las fiestas estuvo marcado por la presencia en Pamplona del Ministro de Trabajo y Previsión, don Pedro Sangro Ros de Olano, Marqués de Guad-el-Jelú, y Grande de España. Esta visita fue motivo suficiente para que el Homenaje a la Vejez, que se estaba celebrando en los últimos años el día de San Pedro, se trasladase en esta ocasión al 6 de julio para que tan distinguido personaje pudiese asistir. Y el ministro acudió al Homenaje a la Vejez, y a las vísperas (las crónicas no cuentan si cantó ¡riau-riau!), y al encierro (desde un palco)... incluso presidió la procesión de San Fermín.

         Pero el verdadero protagonista de las fiestas, que no era Grande ni Marqués, fue el gran Saturio Torón, que pasó a la historia de los sanfermines por ser el primer torero navarro que tomó la alternativa en Pamplona. Esto sucedió el día 8 en el coso pamplonés, y tomó la alternativa de manos de Marcial Lalanda y de Félix Rodríguez.
         Curiosamente de la terna de esa tarde fue el propio Saturio Torón quien triunfó y quien puso los tendidos en pie. Toda España reconoció su éxito, encontrándose excelentes críticas en la prensa nacional, en las publicaciones taurinas y, por supuesto, en la prensa local; tanto “Diario de Navarra”, como “El Pensamiento Navarro”, “La Tradición Navarra” o “El Pueblo Navarro” elogiaron las cualidades del nuevo matador navarro; únicamente, y esta fue la gran excepción, el rotativo "La Voz de Navarra"”se mostró despectivo hacia el nuevo torero, y como es de suponer, le llovieron las críticas por todos los lados a causa de sus comentarios y descalificaciones. La causa antinacionalista salió muy fortalecida de este incidente periodístico pues, además, se supo enseguida que quien había escrito contra el diestro navarro era un guipuzcoano, concretamente ese señor gordo que estaba ayer tarde en la terraza del Kutz.

         Pero Saturio Torón, Marcial Lalanda y Félix Rodríguez no fueron los únicos matadores que desfilaron por nuestra plaza; lo hicieron también: Victoriano Roger Valencia, Luis Fuentes Bejarano, Antonio Márquez, Martín Agüero, Joaquín Rodríguez Cagancho y Nicanor Villalta. En el último momento fue necesario contratar al diestro mejicano Heriberto García para que sustituyese, el día 9, al navarro Saturio Torón, aquejado desde el día anterior de una luxación muscular en el brazo derecho.
         Las ganaderías de este año fueron las de Manuel Blanco, Concha y Sierra, Carmen de Federico, José Luis Encinas, Antonio Pérez, y Pablo Romero.


PINCELADAS

Alcalde.- D. Francisco Javier Arvizu

Horario.- Encierro: 7 de la mañana.  Corrida de toros: 4’30 de la tarde.

Charlotada.- A las cinco y media de la tarde del día 6 la Plaza de Toros acogió un festejo taurino musical, a precios económicos, en el que actuaron los Charlots Valencianos, creadores del toreo cómico, y la famosa banda de El Empaste, compuesta de 25 virtuosos, que lidiaron tres becerros de la ganadería de don Manuel Santos, de Madrid.

Incidente con las peñas.- Era costumbre que al acabar la corrida las peñas de mozos saliesen en desfile desde el redondel, con sus pancartas y sus charangas, en desfile festivo por las calles de Pamplona.
         El día 7 de este año, una vez desalojada la plaza, se dispusieron a salir por el callejón, pero la sorpresa vino al darse cuenta los mozos de que les habían dejado encerrados. Desde la alcaldía y desde la Casa de Misericordia se desmintió que se hubiese dado orden alguna de cerrar las puertas, y lo cierto es que nadie supo quien fue el responsable.
         Se da la circunstancia de que el Alcalde, días antes, comunicó a los mozos cual debía de ser su recorrido al salir de la plaza –y así lo ordenó en un bando-, pues se daba el problema en años anteriores de que al salir del ruedo entorpecían la circulación de los vehículos al interponerse entre estos.

Relevo en la alcaldía.- El día 8 de julio el Teniente de Alcalde don José Mª Landa se hizo cargo de la alcaldía, pues don Francisco Javier Arvizu cesó en sus funciones al haberse agravado el estado de salud de su hermano Fernando. Afortunadamente todo quedó para el señor Arvizu en un susto, y el mismo día 10 pudo retomar su cargo.

Llegar, y besar el santo.- Esto es lo que le sucedió el día 10, en la corrida de toros, a un individuo con clara vocación taurina. No se le ocurrió mejor cosa que saltar al ruedo durante la lidia del quinto toro armado con una blusa colorada a modo de capote con el fin de darle un capotazo al morlaco. Lo curioso es que apenas pisó el ruedo el espontáneo, el toro lo despachó lanzándolo por los aires. Cuando recobró el conocimiento estaba siendo ya atendido en la enfermería de la plaza de sus múltiples contusiones y magulladuras.

Corrida goyesca.- Se celebró el día 12 en la Plaza de Toros de Pamplona con ganado de don Antonio Pérez. Fue un espectáculo impresionante, sobre todo el rejoneo, que causó una expectación desproporcionada. La corrida goyesca era una evocación de las corridas reales del siglo XVIII, reconstruídas, fundamentalmente, en base a las pinturas que Goya realizó de esta modalidad taurina.